miércoles, 4 de junio de 2008

AUTISMO



¿Qué es?


El Autismo es un trastorno generalizado que se cararcteriza por precentar un trastorno cualitativo de las relaciones sociales, de la comunicación y patrones de conducta inadecuados. (SEP, 2005).





Caracteristicas




  • Alteración en las manifestaciones no verbales: expreción facial, mirada

  • Incapacidad para desarrollar relaciones con iguales, aucencia de conductas espontáneas: señalar, mostrar interes en algo, etc.
  • Retraso o ausencia del desarrollo del lenguaje oral, empleo estereotipado o repetitivo del lenguaje.
  • Preocupación excesiva por un foco de interés.
  • Estereotipias motoras repetitivas: sacudidas de manos, retroceder los dedos, dejar caer al piso objetos constante mente, mirar el abanico de techo por largo rato, balanciar el cuerpo etc.
  • Pueden llegar autoagredirse: golpear la cabeza, rascarse etc.
  • Toda la actividad la realiza por medios de rutinas.

Estrategias de Atención

En el aula.

  • Retirar objetos y/o materiales que pueden ser peligrosos para el niño autista, dentro y fuera del aula.
  • Ubicación estratégica del niño, preferentemente cerca de la maestra y de frente al pizarrón.
  • Es importante un ambiente ordenado y organizado, así como fomentar y mantener las áreas de trabajo acomodadas.
  • Procurar un ambiente sin distracciones innecesarias o ambientes sobresaturados.
  • Facilitar al niño el conocimiento de si mismo y afianzar su identidad e individualidad.
  • Utilizar señalizadores para proporcionar una visión general de actividades en jornada de trabajo.
  • Crear rutinas de trabajo que genere en el niño independencia en la realización de sus tareas.

Con los Compañeros.

  • Procurar ubicar junto a compañeros con los que establezca relaciones de empatía.
  • Diariamente recordarle y repetirle los nombres de sus compañeros.
  • Entrenamiento de estrategias de cooperación social por ejemplo: hacer una construcción teniendo la mitad de las piezas un alumno y la otra mitad otro.
  • Fomentar la ayuda a compañeros.

Con la Educadora.

  • Las rutinas de las clases deben ser tan consistentes, estructuradas y previcibles como sea pisible.
  • Las reglas deben aplicarse con cuidado, no tienen por que coincidir exactamente con las que se aplican al resto de los alumnos, y que sus necesidades y habilidades son distintas.
  • El niño aprenderá mejor cuando figure en sus actividades una de sus áreas del alto interés.
  • Reforzar conductas positivas con premios o reconocimientos verbales.

Con la Institución.

  • Lograr que el personal de la escuela entienda que el niño tiene un transtorno del desarrollo y ofrecer comprención, afecto, cuidado, atención y apoyo a los niños con este padecimiento.
  • Sensibilizar a la comunidad educativa rescatando las aptitudes, capacidades, y/o habilidades que los niños poseen.

Con los padres de Familia.

  • Los padres deben tratar al pequeño con amor y aceptación, sin ignorar su condición autista.
  • Alentar su individualidad e independencia, en cuanto sea posible fijar para el metas elevadas pero razonable.
  • Fomentar y trabajar en casa las actividades de autocuidado, seguridad e higiene personal.
  • Sea específico, dígale a su hijo que fue exactamente lo que él hizo mal.
  • Ser concientes en el establecimiento de normas y en el logro de objetivos.
  • Anticipar a los niños lo que es peligroso, permitido o prohibido.

Teorias.

Muchos modelos se han propuesto para explicar qué es o qué causa el comportamiento autista.

  • El cerebro masculino extremo

Propuesta por Simon Baron-Cohen, la teoría del cerebro masculino extremo sostiene que existen diferencias entre los cerebros masculinos y femeninos. Los hombres son buenos para sistematizar, pero malos para empatizar. El cerebro de un autista sería, entonces, un caso de cerebro masculino llevado al extremo. Esto también explicaría la diferencia de incidencia de autismo que existe entre hombres y mujeres.

  • Carencia de teoría de mente

Propuesta también por Simon Baron-Cohen, Esta teoría sostiene que las personas autistas son "mentalmente ciegas", es decir, que carecen de una teoría de mente (que no pueden descifrar el estado mental de otros). La presencia de teoría de mente se mide por medio de pruebas, siendo la más típica la prueba de Sally-Ann.
Baron-Cohen, Leslie y Frith establecieron la hipótesis de que las personas con autismo no tienen una teoría de la mente, esto es, la capacidad de inferir los estados mentales de otras personas (sus pensamientos, creencias, deseos, intenciones) y de usar esta información para lo que dicen, encontrar sentido a sus comportamientos y predecir lo que harían a continuación. Se realizó un experimento con niños “normales”, con Síndrome de Down y con autismo.
Baron-Cohen, Leslie y Frith encontraron que el 80% de su muestra de niños con autismo contestaron incorrectamente. No fueron capaces de atribuir una falsa creencia a Sally (Sally cree que la canica está en el cesto, aunque el niño sabe que la canica está en la caja, pues vieron que Anne hizo ese cambio).
La teoría de la mente define la incapacidad que presentan las personas con autismo para tener en cuenta el estado mental de los otros. La respuesta errónea del niño con autismo se produce porque sólo se basa en lo que ha visto y no puede imaginar lo que el otro está pensando. Esta teoría explica la tríada de alteraciones sociales, de comunicación y de imaginación, pero no explica por qué un 20% de niños con autismo supera la tarea, ni tampoco puede explicar otros aspectos como son: repertorio restringido de intereses, deseo obsesivo de invarianza,… Si una persona estuviera ciega ante la existencia de estados mentales, el mundo social le parecería caótico, confuso y, por tanto, puede ser que incluso le infundiera miedo (Baron-Cohen en Riviere y Martos, 1997). Hay que tener en cuenta que una característica de las personas con TEA es la dificultad que tienen de predecir los cambios que ocurren en el medio social; muchas veces tienen conductas extrañas debido a sus dificultades para leer la mente.

  • Falta de coherencia central

Esta teoría, propuesta por Uta Frith, sugiere que los niños autistas son buenos para prestar atención a los detalles, pero no para integrar información de una seria de fuentes. Se cree que esta característica puede proveer ventajas en el procesamiento rápido de información, y tal vez se deba a deficiencias en la conectividad de diferentes partes del cerebro.

Tratamientos.

No existe por ahora un tratamiento que cure el autismo. En la actualidad el tratamiento preferido está basado en el análisis conductual aplicado (Applied Behavior Analysis o ABA), puesto que estudios científicos e independientes han demostrado su utilidad para elevar el nivel de funcionamiento de los niños con comportamientos autistas. Se cree que un inicio temprano de la terapia y la intensidad del mismo mejora las probabilidades de aumentar el nivel de funcionamiento.
Existen una serie de tratamientos no probados populares con los padres de niños autistas. Tal es el caso de tratamientos biológicos y terapias de diversos tipos. Al día de hoy sin embargo, sólo los tratamientos psicológicos conductuales presentan fuerte evidencia a su favor.
La educación como el vehículo para el tratamiento de las personas con autismo, es necesario crear programas educativos adaptados a las necesidades individuales de cada persona con autismo. Cabe destacar el trabajo que se está realizando con algunas personas con autismo en el campo de la Planificación centrada en la persona (PCP).